Se asoma, quiere salir. No aguanta más detrás, allí.
Se escapa, de a poco, para que no lo vean.
Sale, de a partes.
Se queda durante el día, hasta eso de las seis de la tarde.
A la noche se cansa, le pide a la luna que lo cubra.
Se contemplan y complementan.
Ellos se cansan de brindarnos luz.
Su energía se consume.
Su voz se vuelve afónica.
Su cuerpo se debilita.
Sus ganas de salir al mundo, vuelan... y se van... y no vuelven, jamás.
Entonces, sh, silencio acá.
Ya no hay luz, solo oscuridad.
¿Qué haremos sin la lámpara universal?
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día color naranja, tiempos mejores.-
beach
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